Es natural proteger nuestra piel de los rayos solares pero, al igual que nuestra epidermis, también debemos proteger el cabello del sol y se merece todos los cuidados, sobre todo cuando lo sometemos a fuertes exposiciones solares. De acuerdo a María Castán, embajadora de Wella, la luz del sol, específicamente los rayos UV de la luz solar, afectan el cabello de dos manera: 

En su color y  en su textura. 

Los rayos UV blanquean los pigmentos del cabello parcialmente, ya sea un cabello natural o coloreado, y esto ocurre porque los rayos UV van a destruir los pigmentos y/o la melanina, y por ello van a desaparecer del cabello, dejando el pelo mucho más claro (con mucho menos pigmentos). Además, los rayos UV también dañan la queratina del cabello, lo que se traduce en un cabello áspero y quebradizo. Es importante mencionar que el cabello dañado por el sol pierde humedad más rápidamente, se siente frágil y se ve menos brillante. 

El famoso efecto “sun kiss”, ese tono más claro que se adquiere en los días de sol y que a muchas mujeres les encanta, básicamente es una pérdida de color que por lo general deja el cabello menos brillante y lo hace perder el aspecto sano que tenía.

¡Se acerca el verano! En días soleados, lo ideal es no exponer el cabello a los períodos más intensos, que son aquellos que se dan entre las 11:00 y las 15:00. Los gorros, gorras o foulards siempre son una buena opción para protegerlos, ¿no es tu estilo? Entonces debes utilizar productos para el pelo con protección UV y estos deben aplicarse antes de salir de casa. 

Cuidar de tu alimentación también ayuda, tomar alimentos que contengan altas cantidad de vitamina C y E, y beta-carotenos; estos eficaces antioxidantes neutralizan los radicales libres que proliferan cuando el sol brilla y pueden dañar o destruir las células. Las frutas y vegetales como el brócoli, los frutos rojos, la uva y las espinacas son una gran recomendación pues son alimentos particularmente ricos en antioxidantes.